Crónicas Amazónicas
Iván Ochoa / Trascendiendo en el futbol
Los tres años de Pedro
El 16 de septiembre se celebra el inicio de la Independencia de México, pero también es fecha desde que Pedro López tomó el mando de la Selección Mexicana Femenil. A tres años de su llegada, sus números respaldan su proyecto, incluso ya cuenta con dos títulos en su palmarés, pero nadie puede negar que existen muchas dudas en torno a las decisiones que ha tomado, sobre todo en el tema de las convocatorias nacionales.
Desde un punto de vista cuantitativo, su desempeño al frente del tricolor se puede interpretar de bueno a excelente, pues mantiene una efectividad superior al 72 por ciento y los dos torneos que conquistó, los Juegos Centroamericanos de San Salvador y los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, no solo lo hizo de forma invicta, sino que venció a cada uno de sus rivales y con mucha autoridad. Además de que se clasificó a la Copa Oro Femenina sin tener ningún tipo de complicación en sus encuentros.
Ya en la justa continental no obtuvo el resultado que esperaba, pero en el camino vencieron a uno de sus máximos verdugos: a Estados Unidos, con un juego casi perfecto con los goles de Jacqueline Ovalle y Mayra Pelayo. Para su desgracia, el combinado azteca fue eliminado ante un Brasil que dejó entrever todas sus falencias técnicas y tácticas, pero sobre todo por lo limitado que se encontraba su planilla en ese momento. Esa derrota ante la verdeamarela representó su primer y único tropiezo del español en torneos oficiales, e irónicamente fue el más doloroso por lo que representaba ese encuentro.
Aunque los partidos amistosos no son un medidor confiable al ser simplemente encuentros de preparación, el estratega vasco se los ha tomado con mucha seriedad, pues de los 21 juegos que ha disputado, ha ganado nueve, empatado siete y perdido cinco. Una efectividad un poco convencional, pero que se mantiene por arriba de los estándares. De esos triunfos destacan el 1-0 ante Nigeria y el 1-0 ante Colombia por la superioridad que mostraron.
Ahora, desde un punto de vista cualitativo, el desempeño del vasco se puede degradar de un excelente a uno regular, pues la mayoría de las selecciones que ha derrotado no figuran dentro ni de los primeros 30 del ranking de la FIFA. Es cierto, vencieron con mucha autoridad y con marcadores abultados de por medio, pero si la mayoría de las victorias se centra en rivales de menor jerarquía, no se puede hablar de un avance como tal, sino de una normalidad que debe de imperar sobre todas las cosas. Ante potencias, solo han podido vencer a las estadunidenses y a las nigerianas, en una lista que incluía selecciones como Canadá, Australia y Brasil.
Una de las decisiones más cuestionables de Pedro López son las convocatorias, que sí bien la mayoría han sido para encuentros amistosos, las demás sí han dejado mucho que desear. Por ejemplo, en la Copa Oro Femenina dejó fuera a jugadoras importantes como Alicia Cervantes, quien estuvo prácticamente en todo el proceso de calificación para el torneo; a Charlyn Corral, quien había sido una constante en las convocatorias de recién que llegó López a la Selección; o Katy Martínez, quien venía ese mismo año de ser campeona con dos equipos diferentes. De hecho, fue esa falta de goleadoras, fue esa falta de materia prima, fue esa falta de variantes y de opciones en ataque la que terminó por echar a México de ese torneo.
Otra decisión polémica fue cuando aceptó disputar un torneo no oficial cuando el campeonato nacional estaba en marcha. Su travesía de una semana por el viejo continente dejó como saldo un segundo lugar y al menos tres jugadoras lesionadas, que estarían fuera de actividad por un lapso considerable. Lo más lamentable, es que el español sabía que no era lo más prudente el viajar tantos kilómetros para disputar este torneo en medio de un certamen tan apretado como lo fue el Clausura 2025, con más de 20 encuentros en menos de cuatro meses, pero aún así aceptó la decisión de los directivos y realizaron el viaje.
Lo único bueno de ese viaje es que López expuso a viva voz la negligencia de ciertos equipos de la Liga Mx Femenil (LMXF), pues en una conferencia de prensa aseveró que ha recibido al menos 30 jugadoras lesionadas de todas las que ha convocado desde que está al frente de la Selección, de las cuales, según refirió, recibieron su respectiva rehabilitación en el tiempo que estuvieron en la concentración con el tri. Pero en fin, es algo que abordaremos más adelante.
A Pedro López le encomendaron una sola tarea: Calificar a la Copa del Mundo, un sueño que se le ha negado a México en los últimos ocho años; y por ahora, por los resultados y decisiones que ha tomado, el panorama se encuentra algo alentador, sobre todo porque está a tiempo de corregir ciertas cuestiones, pero también porque cuenta con la materia prima suficiente para lograrlo, solo es cuestión de elegir a las jugadoras más completas y saber elegir los torneos en los que se participan.
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Iván Ochoa / Trascendiendo en el futbol
El primer vals
Alicia Vargas, Carol Wilson, Lis Westerberg, Elena Schiavo, María Cardozo serán nombres que quedarán grabados en la memoria de muchas y de muchos por ser parte de ese primer vals del futbol femenino que durante mucho tiempo fue borrado de las páginas de la historia, pero que hoy su recuerdo está más vivo que nunca por el auge que ha tomado en los últimos años.
El pasado viernes 5 de septiembre se cumplieron 54 años de ese primer vals que tuvo lugar en el estadio Azteca con el primer Mundial Femenino de la historia, que, aunque no reconocido por la FIFA desde entonces, dejó un precedente indeleble para el futbol femenil y un claro ejemplo de todos los récords que se pueden batir sí no se actúa desde el prejuicio, pues es entonces que el coloso de Santa Úrsula conserva la asistencia más alta de la historia para un encuentro femenil, con poco más de 110 mil espectadores.
Un año antes, México había sido sede de la Copa del Mundo de la FIFA y tres años atrás de los Juegos Olímpicos, por lo que toda esa infraestructura deportiva, carretera, arquitectónica y demás que habían quedado la trataron de seguir explotando con un Mundial Femenino, aún cuando FIFA había amenazado a la Federación Mexicana de Futbol con multarlos y quitarles valor a su marca sí organizaban dicho evento, pero… como siempre ha imperado el bolsillo del directivo mexicano sobre todas las cosas, hicieron caso omiso y pusieron en marcha un torneo que les dejaría varios millones de pesos de ganancias. Para bien o mal, el Mundial Femenino ya era una realidad.
Mientras que la Federación Mexicana alistaba todos los preparativos de la justa para convocar a tanta gente como fuera posible, FIFA no dejaba de desacreditar el torneo con ese desgastado discurso de que el “futbol femenino representaba una actividad de alto riesgo para aquellas jugadoras que lo practicaran” y que “atentaba contra su propósito de procrear”; incluso años antes, en Inglaterra, por ejemplo, asociaciones pagaban a la comunidad científica para publicar artículos que viera inviable la práctica del futbol para las mujeres.
Mientras tanto, en México todo era fiesta, todo era espectáculo, todo era alegría. Con el pasar de los días, la cobertura de los medios era mayor, tanto en los impresos como en los espacios de radio y televisión. Como lo decía anteriormente, los directivos buscaban diseminar el torneo tanto como fuera posible entre la población para acaparar la mayoría de las butacas del Azteca. Y dicho hecho, la afición respondió, pocos lugares en el estadio para ver la inauguración entre México y Argentina, en un encuentro de alto voltaje que terminó llevándose el cuadro azteca.
Aunque no todas pudieron disfrutar del vals como hubieran querido, si pudieron cumplir con un sueño que tanto les habían negado. Pisar estadios con aforos superiores a los 50 mil era como caminar entre las nubes. Por desgracia, no todo fue miel sobre hojuelas, pues a unos días de jugarse la final entre México y Dinamarca, llegó a oídos de mexicanas las enormes cantidades de dinero que se estaban embolsando los directivos por el torneo; varias de las seleccionadas exigieron una parte de esos grandes montos al ser ellas el elemento más esencial para el espectáculo, pero como siempre sus peticiones fueron poco tomadas en cuenta; es entonces, señalaban varios medios, que las jugadoras amagaban con no jugar la final; sin embargo, ese gran anhelo de las futbolistas de jugar un partido de tal magnitud terminó por sucumbirlas y cambiar de opinión.
En un encuentro ríspido y cargado de emociones, las danesas se terminaron coronando con un contundente 3-0 sobre las mexicanas. La ceremonia, majestuosa como siempre, entregó al cuadro danés un trofeo con forma de ángel sin cabeza sobre un balón. Entre sus compañeras fue levantada Lis Westerberg para celebrar su segundo título mundial.
Con todas las expectativas que había levantado el torneo, con todas las barreras sociales que habían derrumbado, con toda la fuente de ingresos que habían generado en cuestión de días, parecía que este Mundial solo era el comienzo del desarrollo del futbol femenil, pero lo triste es que todas esas emociones, todo ese anhelo, toda esa magia, se quedaron en tierras aztecas. Y es que después de la justa la FIFA comenzó a amenazar con castigar a todos sus afiliados que permitieran el uso de sus estadios para el futbol femenil. Y lo irónico es que México fue uno de los primeros en acatar lo dicho.
Aquellas jugadoras mexicanas que alguna vez habían sido ovacionadas por más de 110 mil almas solo quedaron en el recuerdo; aquellas danesas que conquistaron el “Templo Mayor del Futbol fueron recibidas en el Aeropuerto entre la algarabía entre su gente y después olvidadas a las pocas semanas de su triunfo; mientras que con las inglesas, las italianas y las francesas ni siquiera fueron recibidas. De hecho, Carol Wilson, la capitana inglesa, fue ridiculizada en un evento en New Castle.
Pareciera que el esfuerzo había sido en vano, pero habían sembrado un precedente importante que traería cosas mejores para el futbol femenil. Su presencia en las canchas impulsó aquellas batallas sociales por los derechos de las mujeres y con una matrícula mucho más feminizada en el ámbito escolar comenzaron a ocupar cada vez más puestos de liderazgo y con ello una participación más activa en la vida pública. Para 1991 ya se hablaba de la inauguración de la primera Copa del Mundo Femenina de la FIFA.
Hoy, sí el futbol femenino ha alcanzado números históricos es porque en 1971 hubo un grupo de mujeres que sembraron un precedente imborrable, que por más que quisieron ocultar hoy está a la vista de todos. Ellas fueron las pioneras de los Mundiales y eso ni la FIFA lo puede borrar.